El proyecto parte de dos conceptos esenciales, la comodidad y el disfrute donde  se diluyen los límites tradicionales de la vivienda. El diseño responde también a la sensibilidad artística de los propietarios, concibiendose como un auténtico espacio expositivo, en el que cuadros y esculturas dialogan con la arquitectura.

La vivienda se acomoda en torno a un huerto interior, hacia el cual se vuelcan visual y funcionalmente las estancias principales. La presencia de grandes lucernarios potencia la entrada de luz natural, generando interiores muy luminosos y envolventes, con juegos de luces cambiantes a lo largo del día.

El salón y el porche actúan como núcleo de la vivienda, que conecta con otro pabellón independiente que alberga el gimnasio y el garaje. La planta superior se destina a zona de invitados, diseñada con independencia funcional y privacidad.

ARQ36 Estudio